Friday, November 27, 2009

Ruptura con el silencio

Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiin, riiiiiiiin, riiiin… suena el teléfono: TUNASAYUDA, ¿en qué podemos servirle?.. Mire… yo quisiera…Hable usted, por favor; estamos para servirle…Es que… mire, no se como decirle… Hable sin pena, con toda confianza; esta línea es confidencial…

El auricular vuelve a su lugar. Alberto tiene dudas. ¿Cómo confiar sus preocupaciones a personas a las que no conoce. –Y a mi mamá no le puedo preguntar; la pobre se moriría de tristeza; y ¿a mi papá? A mi papá… Alberto, te estás volviendo loco –se dice- mi papá me mata…

Otra vez toma el teléfono y marca el número sin titubear: 34-9936, y otra vez escucha la misma voz TUNASAYUDA…y no lo piensa más: Señorita, yo quisiera saber… Y entonces le habla a aquella voz de sus dudas, de sus temores y sobre todo, de la sensación que tiene desde que estuvo con Susy, la chica más sexi y linda del barrio, pero que hasta hace poco mantenía relaciones con un extranjero…, con extranjeros.

El SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es la fase más grave de la infección por VIH. El sistema inmunitario o de defensas del organismo está muy deteriorado y aparecen infecciones graves producidas por microorganismos oportunistas o algunas variedades de cáncer que en condiciones normales no se producirían.

El VIH se transmite a través de las relaciones sexuales desprotegidas por vía vaginal, anal u oral; por acceso sanguíneo, al compartir agujas y jeringuillas para uso endovenoso; mediante el contacto, si se tiene una herida, con material contaminado; a través de la recepción de trasplantes de cualquier órgano o tejido, o al recibir transfusiones de un donante infectado.

Otra forma de contraerlo es por la vía vertical o perinatal, denominada así a la trasmisión de la madre al niño a través del embarazo, el parto y la lactancia.

Por todas estas razones, disminuir la incidencia de VIH/SIDA, mediante acciones de prevención y promoción encaminadas a lograr cambios en la conducta sexual de jóvenes y adolescentes, continúa siendo uno de los objetivos esenciales del programa que desarrollan grupos multidisciplinarios especializados adscriptos al Ministerio de Salud Pública en el país, y en Las Tunas, en particular..

Estos dispositivos, Integrados por enfermeras, médicos, promotores de salud y otros grupos de apoyo a las personas que padecen la enfermedad, brindan una atención diferenciada a estas personas mediante las consultas de Consejería Anónima Telefónica y Cara a Cara.

Esta forma de promoción permite establecer un diálogo entre una persona facultada para ayudar y otra que necesita y demanda ayuda; es confidencial y posibilita que el interesado exprese sus sentimientos y preocupaciones y tome decisiones responsables sobre su propio comportamiento, a partir de la información que recibe para enfrentar su nueva situación en la vida.

Según algunos especialistas en la materia, lo más importante es cambiar la conducta sexual de los jóvenes, pues en la actualidad muchos de ellos comienzan a tener relaciones sexuales en edades muy tempranas (13-14 años) y gradualmente empiezan a hacerse caricias y a salir con sus parejas; un tiempo después tienen relaciones sexuales sin penetración y luego, un número importante de los que arriban a las edades entre 17 y 19 años, inician relaciones sexuales.

Fuentes estadísticas consultadas demuestran que si bien en las primeras décadas del siglo pasado los jóvenes tenían su primera relación sexual una vez cumplidos los 20 años, en la actualidad lo hacen apenas arriban a los 18. Y es que las normas y valores relativos a la sexualidad se han hecho más permisivos cada vez, y lo que es peor, muchos adolescentes y jóvenes tienen varias relaciones sexuales durante esta etapa, a pesar de la epidemia del VIH/SIDA.

Estudiosos del tema atribuyen el aumento de la actividad sexual de adolescentes y jóvenes a razones tales como la disminución gradual de la edad de la menarquía o primera menstruación, por lo que conceden gran importancia a la educación sexual para lograr una actitud responsable por parte de jóvenes y adolescentes.

Los jóvenes cuando no se sienten culpables o avergonzados con su conducta sexual –aseguran- , pueden romper el silencio y hablar más libremente con sus parejas sobre temas como la contracepción y la prevención del SIDA.

De ello se infiere la necesidad de brindar una mayor información sobre la contracepción y el sexo sano, con vistas a ejercer un efecto positivo sobre la salud sexual de jóvenes y adolescentes, máxime en momentos en los que continúan en ascenso los casos de VIH/SIDA, epidemia sobre la cual muchas veces no se tiene una verdadera percepción del riesgo, y por consiguiente, no se asume por ellos una actitud sexual responsable.