Tuesday, November 10, 2009

¿Una situación compleja?

Fotos: Norge Santiesteban V.


El mundo, Cuba, y en particular Las Tunas, se enfrentan hoy a una situación epidemiológica compleja, como consecuencia de la aparición de enfermedades que de no ser controladas a tiempo, pueden causar pérdidas irreparables.

En nuestro país existen condiciones para enfrentar cualquier contingencia, y si eso es así, ¿para qué preocuparse, verdad?, podría preguntarse alguien. Mire usted, por muy completo que sea un Sistema de Salud –y el nuestro lo es, aunque no sea perfecto- no puede afrontar una epidemia solo con medicinas, una mayor o menor profesionalidad de médicos, enfermeras y técnicos e incluso, con la más alta tecnología.

¿Y sabe por qué? Se lo digo: hay cosas que dependen de la conciencia de las personas y de la responsabilidad con que estas asuman el riesgo que supone incumplir con las normas establecidas para evitar la aparición de alguna enfermedad, y de eso se trata.

A la Influenza A H1N1 y a la conjuntivitis hemorrágica, por ejemplo, se les combate con medidas de higiene personal y colectiva, esencialmente, y al dengue y a la leptospirosis, eliminando las causas y condiciones que propician la aparición de focos de Aedes aegypti y la proliferación de roedores, uno de los agentes transmisores de la segunda, incluido el saneamiento de patios y solares yermos, para que no sirvan de guarida ni a los mosquitos, ni a los ratones, y eso también tiene que ver con la limpieza.

De modo que la higiene personal y colectiva y el saneamiento ambiental, constituyen los pilares sobre los cuales se asientan las bases para prevenir la aparición de estas enfermedades.

Respecto a la Influenza A H1N1, según los especialistas, las acciones deben estar dirigidas a la vigilancia y a la pesquisa activa de casos con síntomas respiratorios en la comunidad y en los centros de trabajo y estudio, con vistas a aislar oportunamente los casos leves e ingresar a las personas que constituyan riesgo o evolucionen de una forma no favorable.

En los centros educacionales debe extremarse el cuidado en cuanto al control de los alumnos internos que presenten síntomas respiratorios, los cuales han de ser aislados de inmediato para evitar la transmisión del virus de un estudiante a otro.

Pero lo más importante es que estas personas asuman una actitud responsable ante el menor síntoma de la enfermedad, lo cual significa acudir de inmediato al médico, permanecer aisladas en sus lugares de residencia siempre que sea por prescripción facultativa, no asistir a lugares concurridos, escuelas o centros de trabajo y el lavado frecuente de las manos.

Estas medidas de higiene son válidas también para combatir la conjuntivitis hemorrágica y evitar su propagación, interrelación que ha propiciado un descenso considerable de las personas enfermas por esa causa.

Referente a la lucha contra el Aedes aegypti, transmisor del dengue y de la fiebre amarilla, la dirección de Higiene y Epidemiología en la provincia registra al cierre de octubre 676 focos, una cifra inferior a la del año precedente, aunque en el caso específico de Manatí se incrementa en 180, por lo que ahora tiene 200 en su acumulado.

La situación del municipio de Las Tunas tampoco es muy halagüeña, al reportar un acumulado de 438 focos en estos 10 meses (207 menos que en el 2008), pero igual de alarmante, por cuanto constituye un peligro real para el territorio, dada la posibilidad de traslación del vector por diferentes medios, lo que pone en riesgo a los restantes municipios.

En correspondencia con ello, se ejecutan acciones en ambos municipios para contrarrestar la problemática, pero estas serán más efectivas si la comunidad asume un rol protagónico en la ejecución de las medidas de saneamiento que pongan fin, o por lo menos, reduzcan a índices permisibles, la presencia del vector, lo cual es igual a evitar un posible brote epidémico de dengue.

En todo este panorama también existe la posibilidad real de que aparezcan casos de Leptospirosis, enfermedad que produce fiebre y cuyos principales reservorios son los ratones, el perro, el caballo y los cerdos, por lo que resulta vital extremar las medidas higiénico-sanitarias para no contraerla.

Vista de este modo, la situación epidemiológica actual puede parecerle muy compleja; se habrá dado cuenta, sin embargo, que los riesgos de contraer una de estas enfermedades son mínimos, si se mantiene una higiene adecuada y se cumplen las indicaciones que ha emitido Salud Pública para contrarrestarlas.