Wednesday, December 23, 2009

Un hecho de gran connotación

En la media noche del 24 de diciembre de 1958 comienza el ataque del Ejército Rebelde para liberar a la ciudad de Puerto Padre, la acción más importante de las realizadas por el IV Frente Simón Bolívar, comandado por Delio López Ochoa, en la que participa prácticamente todo su Estado Mayor y una escuadra de Las Marianas, al mando de la teniente Isabel Rielo.

Varios son los puntos escogidos para el asalto: el cuartel de la Guardia Rural, la estación de la Policía, el Puesto de la Marina de Guerra, el Ayuntamiento, la Aduana, la Junta electoral… El ruido ensordecedor de los fusiles se extiende más allá del amanecer.

Alrededor de las 10:00 de la mañana del día 25 se rinde la estación de Policía, la primera guarnición enemiga, luego otra y otra, hasta las 5.30 de la tarde, hora en la que los defensores de la tiranía firman su rendición incondicional ante el capitán rebelde Arsenio García Dávila, expedicionario del Granma y oficial del IV Frente.

En la acción participan las columnas 12, la 14, al frente de la cual se encuentra el entonces capitán Eddy Suñol Ricardo, ascendido luego a Comandante, y la 32, dirigida por el propio Delio López Ochoa, además de los grupos locales organizados en Puerto Padre a partir de abril de 1958, cuyos jefes son Isael Cruz Saavedra, Otto Munster Oliva, Pepito García Ávila, Miguel Ramírez y Fabio Quesada Mora, entre otros.

De inmediato el pueblo desborda las calles, tal como ocurre en cada uno de los territorios redimidos por el Ejercito Rebelde y se instituye la ACTL (Administración Civil del Territorio Liberado), al frente del cual se nombra a José Ramón Fernández Mengual, quien funge en ese momento como coordinador general del Movimiento 26 de Julio, en Puerto Padre.

Pero la guerra no ha terminado y en Delicias la guarnición de la Guardia Rural, que no acude en defensa de los militares de Puerto Padre, sigue activa (solo rinde sus armas el 2 de enero, cuando ya todas las del país lo han hecho) y constituye una amenaza, junto a una fragata enemiga surta en la bahía que luego de un intento de acercamiento, se aleja en el mar.

Sí, este es un hecho de gran connotación histórica –afirma Ernesto Carralero Bosch, historiador de la ciudad- , lleno de gloria para Puerto Padre por lo que significó la liberación de la ciudad para su pueblo, y para toda Cuba.

Monday, December 21, 2009

El riesgo de no saber

¡Esta niña me está volviendo loca!, comenta la madre de Raquel. ¿No será que está saliendo con alguien? ¡Vaya usted a saber!, le dice Mario, su esposo: ella siempre ha sido muy callada, y tú que nunca le has dado confianza…
¡¿Ah, ahora soy yo la culpable?! Y tú ¿Qué has hecho tú, a ver, dime? Ese es un problema de la madre –riposta el padre-: esas cosas se conversan mejor entre mujeres…Y si está embarazada ¿qué nos vamos a hacer? –le dice ella, un tanto angustiada….
¡Ah, no, yo no sé conmigo no cuentes!
Ven acá, chico ¿qué clase de padre eres…?
Desde su cuarto Raquelita ha escuchado toda la conver-discusión de sus padres y decide dejar que piensen lo que quieran. En definitiva, ellos nunca se han preocupado por sus cosas, así que un sustico no les vendrá nada mal –se dice- y sonríe con picardía…
Los problemas de la niña son otros en realidad: la próxima semana debe entregar un trabajo de clase sobre el embarazo en la adolescencia y no sabe por dónde empezar. Sus padres nunca le han hablado del tema, y lo poco que sabe, lo ha “aprendido” con sus amigas, jóvenes como ella, sin ninguna experiencia.
El caso que les presento no es obra de mi imaginación, aunque no niego que cuando me lo contó una de las amigas de la joven Raquel, también sonreí con las cosas que me dijo…
La falta de una comunicación eficaz en la adolescencia es, por estos tiempos, uno de los problemas más frecuentes, debido a que en esta etapa se generan cambios biológicos, sicológicos y sociales, que anuncian la llegada de la pubertad, que marcan el inicio de la adolescencia.
Todo ello hace más complejo el diálogo, lo que se agudiza cuando en una misma familia coinciden dos, tres y cuatro generaciones, situación que puede ser la causa de conflictos en las relaciones interpersonales e incidir en la orientación y educación de las muchachas y muchachos.
Investigaciones realizadas demuestran que la mayoría de las jóvenes no tienen percepción del riesgo y ven la posibilidad de salir embarazadas como algo que a ellas no les va a ocurrir, al tiempo que se animan pensando muchas veces que esas son cosas de mujeres de más edad.
Otras ocultan su embarazo o niegan estar en estado de gestación, y al no decirlo, corren el riesgo de no poder acudir a tiempo a una atención especializada que les evite posibles complicaciones.
En estas condiciones la joven interrumpe su vida, sus sueños y reduce al mínimo sus posibilidades de desarrollo, al tener que asumir una responsabilidad para la cual todavía no está preparada, mientras contempla cómo el resto de sus amigas sigue el curso normal de las actividades propias de su edad.
Por todas estas razones, muchas se sienten frustradas y hacen palpable manifestaciones adversas, tales como la depresión y la exclusión de su grupo de amigos y compañeros de aula; otras veces desean tener su hijo, pero no lo valoran con la responsabilidad que se requiere.
El reconocimiento del riesgo que representa el embarazo para la adolescente ha dirigido la atención de obstetras y psicólogos hacia ese sector de la sociedad. El mayor peligro de parto pretérmino, y de muertes neonatales en los hijos de madres adolescentes, ha sido descrito por algunos autores, que identifican, además de la toxemia, partos prolongados y aumento de la incidencia de cesáreas en este grupo de riesgo, en tanto otros coinciden en resaltar el incremento en la frecuencia de la anemia, la toxemia y otras complicaciones puerperales en estas pacientes.
Contribuir a mejorar estas circunstancias, es deber y obligación de las instituciones de Salud, Educación, la Federación de Mujeres Cubanas y los grupos comunitarios, con acciones que faciliten el intercambio intergeneracional, e incluso, entre los propios muchachos, lo cual incluye la capacitación, la investigación y la reproducción de materiales educativos que informen y eduquen a los adolescentes de uno y otro sexos, y sobre todo, a sus familias. Solo así fluirá la comunicación y el intercambio será más eficaz.

Friday, November 27, 2009

Ruptura con el silencio

Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiin, riiiiiiiin, riiiin… suena el teléfono: TUNASAYUDA, ¿en qué podemos servirle?.. Mire… yo quisiera…Hable usted, por favor; estamos para servirle…Es que… mire, no se como decirle… Hable sin pena, con toda confianza; esta línea es confidencial…

El auricular vuelve a su lugar. Alberto tiene dudas. ¿Cómo confiar sus preocupaciones a personas a las que no conoce. –Y a mi mamá no le puedo preguntar; la pobre se moriría de tristeza; y ¿a mi papá? A mi papá… Alberto, te estás volviendo loco –se dice- mi papá me mata…

Otra vez toma el teléfono y marca el número sin titubear: 34-9936, y otra vez escucha la misma voz TUNASAYUDA…y no lo piensa más: Señorita, yo quisiera saber… Y entonces le habla a aquella voz de sus dudas, de sus temores y sobre todo, de la sensación que tiene desde que estuvo con Susy, la chica más sexi y linda del barrio, pero que hasta hace poco mantenía relaciones con un extranjero…, con extranjeros.

El SIDA (Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida) es la fase más grave de la infección por VIH. El sistema inmunitario o de defensas del organismo está muy deteriorado y aparecen infecciones graves producidas por microorganismos oportunistas o algunas variedades de cáncer que en condiciones normales no se producirían.

El VIH se transmite a través de las relaciones sexuales desprotegidas por vía vaginal, anal u oral; por acceso sanguíneo, al compartir agujas y jeringuillas para uso endovenoso; mediante el contacto, si se tiene una herida, con material contaminado; a través de la recepción de trasplantes de cualquier órgano o tejido, o al recibir transfusiones de un donante infectado.

Otra forma de contraerlo es por la vía vertical o perinatal, denominada así a la trasmisión de la madre al niño a través del embarazo, el parto y la lactancia.

Por todas estas razones, disminuir la incidencia de VIH/SIDA, mediante acciones de prevención y promoción encaminadas a lograr cambios en la conducta sexual de jóvenes y adolescentes, continúa siendo uno de los objetivos esenciales del programa que desarrollan grupos multidisciplinarios especializados adscriptos al Ministerio de Salud Pública en el país, y en Las Tunas, en particular..

Estos dispositivos, Integrados por enfermeras, médicos, promotores de salud y otros grupos de apoyo a las personas que padecen la enfermedad, brindan una atención diferenciada a estas personas mediante las consultas de Consejería Anónima Telefónica y Cara a Cara.

Esta forma de promoción permite establecer un diálogo entre una persona facultada para ayudar y otra que necesita y demanda ayuda; es confidencial y posibilita que el interesado exprese sus sentimientos y preocupaciones y tome decisiones responsables sobre su propio comportamiento, a partir de la información que recibe para enfrentar su nueva situación en la vida.

Según algunos especialistas en la materia, lo más importante es cambiar la conducta sexual de los jóvenes, pues en la actualidad muchos de ellos comienzan a tener relaciones sexuales en edades muy tempranas (13-14 años) y gradualmente empiezan a hacerse caricias y a salir con sus parejas; un tiempo después tienen relaciones sexuales sin penetración y luego, un número importante de los que arriban a las edades entre 17 y 19 años, inician relaciones sexuales.

Fuentes estadísticas consultadas demuestran que si bien en las primeras décadas del siglo pasado los jóvenes tenían su primera relación sexual una vez cumplidos los 20 años, en la actualidad lo hacen apenas arriban a los 18. Y es que las normas y valores relativos a la sexualidad se han hecho más permisivos cada vez, y lo que es peor, muchos adolescentes y jóvenes tienen varias relaciones sexuales durante esta etapa, a pesar de la epidemia del VIH/SIDA.

Estudiosos del tema atribuyen el aumento de la actividad sexual de adolescentes y jóvenes a razones tales como la disminución gradual de la edad de la menarquía o primera menstruación, por lo que conceden gran importancia a la educación sexual para lograr una actitud responsable por parte de jóvenes y adolescentes.

Los jóvenes cuando no se sienten culpables o avergonzados con su conducta sexual –aseguran- , pueden romper el silencio y hablar más libremente con sus parejas sobre temas como la contracepción y la prevención del SIDA.

De ello se infiere la necesidad de brindar una mayor información sobre la contracepción y el sexo sano, con vistas a ejercer un efecto positivo sobre la salud sexual de jóvenes y adolescentes, máxime en momentos en los que continúan en ascenso los casos de VIH/SIDA, epidemia sobre la cual muchas veces no se tiene una verdadera percepción del riesgo, y por consiguiente, no se asume por ellos una actitud sexual responsable.

Wednesday, November 25, 2009

¿Un día contra la violencia?

¿Qué le pasará a Maritza que desde ayer no la vemos? –inquiere a otra de sus vecinas, Anabel, preocupada porque desde el día anterior no ve a su joven amiga.

A lo mejor no se siente bien –responde la interpelada-, yo tampoco la he visto… ¿por qué no nos acercamos a su casa un momentico y salimos de dudas?...

Minutos después tocan a la puerta, y luego de preguntar ¿quién es…? Maritza les abrió con suma cautela.

¿Qué te ha pasado, mujer?, preguntan, casi al unísono, sus dos amigas. El llanto de Maritza fue su única respuesta: su cara amoratada no dejaba espacio a la duda, su esposo la había golpeado salvajemente…

Desde cuándo sucede esto –pregunta una de las mujeres.

Hace tanto tiempo, que apenas recuerdo –contesta-, siempre que lo contradigo o se da unos tragos, se me viene encima como una fiera, y yo ya no se que hacer.

-Pero ¿cómo no vas a saber? ¿Dónde está tu autoestima? ¿Por qué no lo denuncias a las autoridades?

-¿Tú quieres que me mate? Sí lo denuncia a la policía, me mata, que no te quepa duda…y de nuevo se hecha a llorar.

-Maritza, ¡tú le tienes miedo a tu marido!, reconoce Anabel, pero lo peor es que has perdido la autoestima.

La muchacha se debate en sus pensamientos. Sí, quizás sea eso, pero si lo hago, me quedo sola y yo no soporto la soledad… ¿Qué va a pensar la gente de mí? Y si de verdad toma represalias… Su cabeza es un torbellino.

Hasta ahora se ha aferrado al sueño de rescatar al hombre que conoció al inicio de su relación con él y quizás por eso ha justificado más de una vez sus terribles golpizas: “pobrecito, es tan bueno y cariñoso".

Por eso, sigue con él, y también porque le da miedo que su esposo cumpla la amenaza que le ha hecho prácticamente desde que se casaron, incluso delante de su familia. "Si lo denuncio, me mata", medita con lágrimas en los ojos.

¡Esto se acabó! –se dice- mientras sus manos se apresuran hacia lo indispensable; cierra tras sí la puerta, y la brisa de un día fresco acaricia su rostro. ¡Por fin ha roto las cadenas!

Antes, mucho antes, lo hicieron las hermanas Minerva, María Teresa y Patricia Mirabal, activistas políticas asesinadas en la República Dominicana, el 25 de noviembre de 1960. Estas jóvenes se enfrenaron a la dictadura de Rafael Trujillo y por eso las asesinaron en una emboscada cuando iban a visitar a sus esposos detenidos en la cárcel, y en cuyo honor, las Naciones Unidas ha instituido esa fecha como Día Internacional de la no Violencia contra la Mujer.

Muchas mujeres no tienen conciencia de que son víctimas de violencia física o psicológica, o en el peor de los casos, el miedo a una represalia congela la voluntad de muchas víctimas de violencia intrafamiliar. A otras les avergüenza la divulgación de su drama, y no son pocas las que simplemente desconocen qué hacer. Una minoría opta por la denuncia; aún así, abundan quienes la retiran, después de haberla presentado ante la policía. Y sin acusación es casi insostenible el caso ante los tribunales.

Es necesaria la denuncia de la persona agraviada o del cónyuge y ascendientes, o del representante legal, salvo cuando hay escándalo o conmoción en la comunidad, porque entonces lo puede denunciar cualquiera, solo que muchas los testigos escasean por aquel oxidado aforismo de que entre el hombre y mujer, nadie se debe meter.

Estudios realizados dan a conocer que en el mundo el 25 por ciento de las mujeres son violadas en algún momento de sus vidas; de un 25 a un 75 por ciento, en dependencia del país, son maltratadas físicamente en sus hogares de forma habitual y cerca de 120 millones de mujeres han padecido mutilaciones genitales.

El 70 por ciento de las agresiones contra la mujer, a escala mundial, suceden en el hogar, por lo que algunos especialistas aseguran que la violencia física causa más muertes y discapacidades a las mujeres entre 15 y 44 años, que el cáncer, la malaria, las guerras o los accidentes de tránsito.

Digamos NO a la violencia contra la mujer, sea cual sea la forma de maltrato. La familia, la comunidad, la sociedad toda, en todas partes del mundo, debe unir sus voces para denunciar y, si es posible, acabar con este flagelo que tanto lacera a la mujer, de modo que cada jornada sea ¡un día contra la violencia!

Saturday, November 21, 2009

Una convención para pequeños príncipes


Alejados de la realidad que sufren millones de niños en todo el mundo, los pequeños príncipes cubanos viven en una sociedad en la cual han sido educados en el espíritu de paz, dignidad, libertad, igualdad, solidaridad e independencia, proclamado en la Convención sobre los Derechos del Niño, que firmada el 20 de noviembre de 1989, en el seno de las Naciones Unidades.

La Convención sobre los Derechos del Niño es el primer instrumento jurídico internacional que incorpora todos los derechos humanos: civiles, culturales, económicos, políticos y sociales, en correspondencia con las necesidades de protección y cuidados especiales que precisan infantes y adolescentes.

En sus 54 artículos y dos Protocolos Facultativos, la declaración define el derecho de las niñas y los niños a la supervivencia, al desarrollo pleno, la salvaguardia contra influencias peligrosas, los malos tratos y la explotación y a la plena participación en la vida familiar, cultural y social.

En sus cuatro principios fundamentales el referido instrumento legal se pronuncia acerca de la no discriminación, la dedicación al interés superior del niño, el derecho a la vida, la supervivencia el desarrollo y el respeto por sus puntos de vista.

Es justo reconocer que los derechos estipulados en el documento son inherentes a la dignidad humana y al desarrollo armonioso de todos los niños y niñas, y traza pautas en materia de atención a la salud, la educación y la prestación de servicios jurídicos, civiles y sociales.

Cuba, un país bloqueado, que no escatima recursos para salvar a los más pequeños de la familia y proporcionarles una niñez y adolescencia felices, fue de las primeras naciones en firmar esa convención y en dar cumplimiento a lo estipulado en ella, algo que no hizo Estados Unidos, el país más poderoso de la tierra.

Mientras esto es así en Cuba, país que es ejemplo de la voluntad política que se requiere para conseguir los objetivos de la Convención, más de 126 millones de menores son sometidos al trabajo infantil en el mundo, en ese mismo mundo en el que en el 2008 fallecieron 8,8 millones de niños por causas evitables, una cifra verdaderamente inaceptable en pleno siglo XXI.