Wednesday, April 26, 2006
El abuelo que soy
Foto: Yanier Alexis Pérez
Sí, me considero un abuelo feliz: mi nieto, Christopher Ricardo, tiene siete meses y es un niño sano y hermoso en realidad y todos estamos como locos con el pequeñín, quien es poco dado al llanto y sí a la risa.
Y no puede ser de otro modo, pues nada, absolutamente nada, es más importante para nosotros que un niño; por lo menos acá donde le tocó nacer, es así, y eso es algo que nadie puede quitarnos.
El no vive en nuestra casa, es cierto, reside en la de los abuelos maternos y, aunque no lo digamos, eso nos da cierta envidia, y quizás por eso también cuando nos visita los fines de semana, todos queremos tenerlo en nuestros brazos, al margen de orinadas y otras gracias que a veces nos hace.
Chris, o Chimpy, como le dicen sus padres y su abuela paterna (a mí no me gustan para nada los apodos), con solo siete meses, se sienta, camina en el andador y dice papá y mamá: no tengo dudas de que será siempre un niño fuerte y muy talentoso. Lo que más ansío es verlo crecer saludable, lo que hago extensivo a mi hijo menor Yanner Alexis, con solo 12 años ahora. Ese bienestar lo quiero para todos los míos: Yanier Alexis, padre de Chris, e Isel, mis otros dos hijos; sus progenitoras; todos mis familiares y amigos y la humanidad toda. No excluyo a Tamara, esa nuera linda que colmó mis expectativas con ese nieto maravilloso que me dio.
Este no es mi testamento, más bien, es una declaración de lo que ellos significan para mí. A todos gracias por existir y hacerme el abuelo feliz que soy..