Saturday, January 02, 2010

Osmani Urrutia

El Rey de Macagua 8

Por Zoila Pérez Navarro (Estudiante de Periodismo)

El equipo de béisbol de Las Tunas ha logrado en los últimos años sus mejores actuaciones en Series Nacionales, pero en la actual enfrenta la despedida de uno de sus principales hombres: Osmaní Urrutia Ramírez.

Interesados en conocer su opinión sobre este hecho singular, entre otros detalles de su vida, invadimos su hogar para conversar con este hombre a quien la fama no ha podido arrebatarle su sencillez y su nobleza.

Él nos recibe con esa sonrisa suya que regala a todos, dispuesto a contestar cada pregunta. En ningún momento se muestra evasivo o nervioso. El encuentro nos reafirma algo que los tuneros no desconocen: sin dejar de ser el Señor de los Cuatrocientos, Osmani nos ve a todos como a iguales y se considera un hijo más de nuestra tierra.

Después de tantos retos en su vida deportiva llega el de asumir el de su retiro. ¿Qué tan duro ha sido para usted?

Para todo atleta que ama el deporte es duro retirarse de su carrera. Me pasó a mí, tuve que decidir retirarme. Pienso que es algo difícil para uno como atleta dejar de hacer lo que le gusta. En la vida real me duele, pero tuve que tomar esta decisión.

Una decisión que fue cuestionada. Algunos hablan de un error, otros la califican de apresurada y no pocos afirman que fue acertada. ¿Qué razones lo motivaron a tomarla?

Muchas personas se acercaron a mí preguntándome por qué me iba, me decían que era muy temprano, que “estaba nuevo”, pero como digo yo una retirada a tiempo, vale un Imperio y me tocó irme temprano por problemas personales.

¿Qué opinión le merece el equipo tunero que hace poco le dio la despedida?

El equipo de Las Tunas es toda mi vida. Pienso que esos muchachos, como decimos nosotros, “se han puesto para darle” y buscar el honor que merecen. Hay calidad humana ahí. Para mí fue duro dejarlo, pero espero estar con ellos dentro de poco.

En una ocasión afirmó no tener una característica especial que lo diferenciara de los demás, que sus logros han sido resultado de un arduo trabajo de entrenamiento y gran concentración en el momento del bateo. ¿Cree usted que esa es la fórmula que necesita el equipo tunero para lograr el éxito?

Eso es fundamental, nuestro equipo ha madurado y ganado en experiencia. En esta misma serie están muy bien y cuando pasen los años, con un poquito más de entrenamiento y concentración en el juego, los resultados serán mejores.

En las arenas internacionales rechazó muchísimas propuestas de traición, por razones comprensibles para cualquier buen cubano y en Cuba se negó rotundamente a toda proposición de cambiar de equipo, aún sabiendo que en otros tendría más posibilidades de llegar a los play off en la Serie Nacional. ¿Qué razones lo hicieron actuar así?

Sí, me hicieron muchas ofertas para desertar, pero soy un revolucionario y nunca acepté. Fui capaz de rechazar todas esas cifras de dinero y nunca abandoné mi país, ¿cómo voy a cambiar mi equipo por otro? En él me formé como la persona que representó a esta provincia con honor y patriotismo, y nunca lo dejé.

Seis veces líder en el bateo, cinco con un average superior a los 400 y una prestigiosa carrera deportiva, le han concedido la fama y la admiración de los cubanos, mas, esto no lo ha alejado de sus raíces y no pierde oportunidad de mencionar al pueblito que lo vio nacer. ¿Cómo prefiere Osmani que lo llamen: El Señor de los 400 o el Rey de Macagua 8?

Mi mayor orgullo es que me digan Macagua, el hombre de Macagua 8.

A pesar del poco tiempo libre que tuvo durante su carrera deportiva, los miembros de su comunidad lo reconocen como una persona sencilla, integrada, un vecino más. ¿Es esto importante para alguien que ya goza del prestigio y la fama?

Claro que sí. Uno puede ser el mejor atleta del mundo, tener todas las condiciones, pero si eso no nace con la persona, la admiración de su pueblo no se mantiene.

Muchos quedamos sorprendidos al conocer la amistad que lo une a Pedro Luis Lazo, un hombre que fue su compañero en el equipo Cuba y oponente en la Serie Nacional. ¿Cómo enfrentó Urrutia esta situación? Siempre que un atleta entra en el terreno, sabe que ahí no hay amigos; fuera del terreno hay amigos, hermanos, padres… pero dentro del terreno, cuando se entra a jugar pelota con valentía, no se puede pensar en las amistades. Ermidelio, Osmani y ahora Henry; parece una dinastía, claro, la familia de los Urrutia ha demostrado su calibre en el terreno. ¿Algún otro aspirante o con Henry termina la tradición?

Macagua es un pueblo chiquito, pero tiene muchachos de nuestra familia con fibra para ir imponiéndose en la pelota; somos una familia pelotera. El hijo de Ermidelio, por ejemplo, el que sigue a Henry, está en el equipo juvenil y creo que “tiene sangre para la pelota”.

En la vida de todo deportista hay momentos inolvidables que lo engrandecieron y desearía revivir. ¿Cuál escogería para disfrutar por segunda vez?

Todos los cubanos sabemos que el campeonato más fuerte fue el Clásico Mundial, y el más grande para el beisbol cubano, y quisiera en el futuro, aunque sea como entrenador, revivir algo parecido.

¿Y cuál borraría para siempre de su historia?

El momento en que decidí retirarme de la pelota.

En una entrevista manifestó que le gustaría llevar la defensa a la par del bateo, que quería defender más. ¿Se retiró Osmani conforme con su labor defensiva?

Como todo el mundo sabe, fui buen jardinero, no solo bateaba, sino fildeaba. Por eso merecí el título de Guante de Oro en el right fil en tres campeonatos, y cuando los técnicos me pasaron a bateador designado, me sentí muy mal, esa fue una de las razones que me impulsaron a irme del beisbol; nunca me lo expliqué, porque no era mal fildeador.

Una vez retirado ¿qué se propone hacer Osmani Urrutia, cuáles son sus planes más inmediatos?

A los dos días de estar retirado ya estaba trabajando en la ESPA, con los muchachos de los juveniles, aportándoles algo de los conocimientos que aprendí en mi carrera deportiva. Si Dios me ayuda, seguiré entrenando jóvenes.

¿Algo más que decir a la afición tunera?

Aprovecho para agradecer, una vez más, a todos los organismos que estuvieron presentes en mi despedida, al pueblo de Las Tunas y al de toda Cuba, a los que hicieron posible ese retiro hermoso. Yo nunca esperé una despedida como esa. A todos, mi eterno agradecimiento…