El virus de la influenza que por estos días se ha detectado en diferentes países, es nuevo, y muy contagioso, motivo por el cual la Organización Mundial de la Salud decidió el pasado 29 de marzo modificar la denominación de gripe porcina por influenza A H1N1 (Hemaglutinina 1 Neuraminidasa 1 A), con lo cual los cerdos quedan descartados de lo que está ocurriendo.
Según los especialistas de Higiene y Epidemiología, el virus contiene una combinación única de segmentos de genes que no habían sido reportados antes en los casos de la influenza humana o porcina, al tiempo que reconocen que en ninguno de los identificados se registró exposición alguna a cerdos, por lo que es probable que la transmisión de esta nueva cepa haya ocurrido de humano a humano.
La influenza A H1N1 se propaga de persona a persona, de modo que las principales vías de transmisión están relacionadas con el contacto entre individuos sanos y enfermos o cuando estos expelen el virus al toser, estornudar o se acercan demasiado a otras.
Puede adquirirse también si entramos en contacto con secreciones de enfermos depositadas en utensilios de cocina, objetos de tocador, teclado de computadoras y otras superficies que hayan sido infectadas, pues el germen, que tiene un período de infestación de hasta siete días, puede vivir 24 horas fuera del cuerpo humano.
Los síntomas de la influenza A H1N1 son similares a los de la influenza estacional: fiebre, tos, expectoración seca o productiva, secreción nasal, falta de apetito, decaimiento y dolores de cabeza y musculares, aunque en algunos casos, fundamentalmente en niños, se han presentado trastornos gastrointestinales y diarreas.
Dada la posibilidad real de que el número de casos se puede incrementar y que la influenza A H1N1 podría convertirse en una pandemia de consecuencias insospechabas para la humanidad, es necesario que la población comprenda la urgencia de extremar las medidas higiénico-sanitarias, las cuales incluyen el lavado frecuente de las manos con agua y jabón, cubrirse la boca y la nariz al toser o estornudar, evitar el contacto cercano con personas enfermas y no tocarse los ojos, la nariz, ni la boca innecesariamente.