Thursday, April 26, 2007

Un asesino anda suelto

La liberación del connotado terrorista internacional Luis Posada Carriles no me ha dejado ni anonadado, ni estupefacto; indignado sí, pero no podría esperarse otra cosa del gobierno del presidente W. Bush, carente de valores humanos y de los más elementales sentimientos de justicia.
Con esta decisión, el gobierno norteamericano ha ignorado el clamor de justicia levantado en todo el mundo, incluido el propio territorio de los Estados Unidos, contra la impunidad y la manipulación política que este acto entraña.
Esta decisión es un insulto al pueblo cubano y a los pueblos que perdieron a 73 de sus hijos en el abominable atentado de 1976 con el derribo, frente a las costas de Barbados, de un avión civil de Cubana de Aviación, y es un rotundo mentís a la supuesta "guerra contra el terrorismo" declarada por el gobierno del presidente George W. Bush.
La liberación del terrorista ha sido gestada por la Casa Blanca como compensación para que Posada Carriles no divulgue lo que sabe, para que no hable de los innumerables secretos que guarda sobre su prolongado periodo como agente de los servicios especiales norteamericanos, en que actuó en la Operación Cóndor, y en la guerra sucia contra Cuba.
Luis Posada Carriles, archiconocido enemigo de la humanidad, es uno de los protagonistas principales de la operación Cóndor. Participó en el secuestro y desaparición de dos funcionarios de la embajada de Cuba en Buenos Aires y sus tentáculos de terrorista insaciable y criminal han alcanzado a personas inocentes en Nicaragua, Venezuela, El Salvador, Uruguay y otros muchos países, llenando de luto a un sinnúmero de familias.
Pero eso no significa nada para el presidente Bush; por el contrario, lobo de su misma camada, se alimenta con la tristeza y el dolor de los pueblos, lo acoge en su seno de buitre sanguinario y le prodiga toda clase de cuidados, una verdadera ironía que contradice su propio discurso.
Un asesino anda suelto. Posada está libre en Miami, junto a sus acólitos, sediento de sangre, y aun así los pueblos del mundo, incluido el de Cuba, no claman venganza, sino JUSTICIA.
El gobierno de los Estados Unidos tiene toda la información, y los mecanismos legales, para volverlo a arrestar, pero les falta la voluntad política, aun cuando el propio presidente Bush, ha dicho que "si usted da refugio a un terrorista, si apoya a un terrorista, si alimenta a un terrorista, usted será tan culpable como los terroristas". Tremenda paradoja ¿verdad?